Qué fecha, a qué hora, nace un amor es algo difícil de precisar. ¿Nace la primera vez que vemos a la persona amada? ¿O la primera vez que, al buscarle los ojos, nos encontramos correspondidos con la misma mirada, esa que no pretende ver sino entrar a través de las pupilas? ¿Nace la primera vez que pronunciamos su nombre como si invocáramos todo el universo? ¿Nace cuando se dice, cuando se reconoce? ¿Nace y crece tan poco a poco que no se sabe cuándo nació? Nadie registra, cronómetro en mano, la fecha de nacimiento de un amor. Pero todo el mundo necesita un número rodeado con rotulador rojo en el calendario.

domingo, 4 de marzo de 2012

Nadie

Nadie conoce a la verdadera yo. Nadie sabe cuantas veces me he encerrado en mi habitación a llorar, cuantas veces he perdido la esperanza, cuantas veces me han decepcionado. Nadie sabe cuantas veces he aguantado las lagrimas, cuantas veces siento que estoy a punto de explotar, cuantas veces he querido escapar. Nadie me conoce, y eso es lo que más odio

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